24 de julio de 2010

Gam ze iaavor

Tiene dos formas de funcionar:
Una se refiere a todas las posibilidades que algo tiene de suceder. Cuando esas posibilidades son muchas, viste, son cosas que pasan. Me chorearon el auto; son cosas que pasan. Me cagó mi jermu; son cosas que pasan. Si, claro que son cosas que pasan. Que quiere decir que le pasan a todo el mundo, o que pueden pasarle a cualquiera, y te pasaron a vos. Si, son cosas que pasan.
Hoy me miré al espejo. Y cuando me miré me dí cuenta de que algo en mi mirada había cambiado. Pensé en aquello (porque cuando queda en el pasado deja de ser "eso" y pasa a ser "aquello") y me dije: era verdad. Son cosas que pasan. Pero en el sentido de pasar. Como diciendo "son cosas que en algún momento van a quedar en el pasado". Y dudé sobre esta especie de cliché que se dice con tanta frecuencia. Dudé porque en mi caso afloró naturalmente la segunda opción. Algo, por fin, había terminado de pasar. Y ese es otro consuelo inútil con el que uno tiene que aprender a contar.
Lo que te pasa, le pasa a mucha gente, y te puede pasar también a vos. Son cosas que pasan.
Pero lo que te pasa, además va a quedar en el pasado. Son cosas que el tiempo va a dejar atrás. Y por eso también, son cosas que pasan.