10 de septiembre de 2008

Me miro en el espejo y me pregunto, ¿para qué viniste? ¿a dónde fuiste?

La verdad es que no sé. Que la tara mental, que el momento, que intercalar con el dibujo y pensar en imagen. Y abandonar la palabra, con lo generosa que es. Con su versatilidad infinitamente combinable. Lindo, pero pasó.

Y el laburo, que viene y que va, que pensate esto, que pensate aquello. Y los rumores del pasillo donde ni siquiera había pasillo. Todos mirandonos la cara, pero hablando lejos. Donde no se escuche. Y se filtró. Y aguante el rumor. Nunca me voy a olvidar de la fotocopia borrosa de Lipovetski o algún otro diciendo "el rumor es casi siempre verdad". Menos que mal que era verdad. Feo, pero pasó.

Con un escuadrón de neuronas reclutadas y atentas a la pantomima; a eso que es porque elegimos que sea, un poco jugando enserio a no jugar ni tomarlo muy a pecho. La alarma sonó. PANTOMIMA! PANTOMIMA! Y ahi estuve, dejando de ser el que era, para ser el que soy.
Ahora sé que elegir no es sólamente la remera roja o la remera azul (Keanu Reves elige pastillas, y yo remeras, ¿y?). Elegir es a veces entrar, pasar cerca, decir algo, no decir, mirar, o simplemente gesticulizar. Elegir se elige todo el tiempo. Así que ojo. Porque alguien te puede cuestionar, o mirar de costado.

Me pido disculpas por dejar pasar este tiempo sin pasar por este lugar. Estoy de vuelta, y de replanteos traigo poco. Lo dicho dicho está, y voy a seguir jugando enserio. Que algunas intimidades sean públicas y que el resto sea intimidad. Este lugar también lo elegí, pero siendo mucho más conciente que otros lugares.

1 comentario:

Ma. Florencia Ricciardi dijo...

Clap Clap Clap! Celebro esta vuelta a la palabra bailando una Catala... Se lo estaba extrañando por acá!
Por suerte ya pasó la pantomima y se abrió de nuevo el juego. A la una, a los y a laaaaaaaaaaaaas...tres!
Y como bien usted dice, dejo las intimidades... en intimidades.Pero usted ya sabe. Siempre cerca.