2 de octubre de 2009

Salir de Buenos Aires

Hace poco escribí sobre una idea que dice que es imposible salir de Buenos Aires.
El post se llama "Buenos Aires" y acá lo dejo enlazado para volver a compartirlo, y para poder compartir lo que sigue, que es mucho más importante.
Mi escrito se replantea la cuestión eterna de una ciudad inmensa e infinita, de esta ciudad de calles y barrios y pasajes y avenidas y avenidas y calles y plazas y gente y calles y calles y calles.
No es fácil salir de Buenos Aires, o por lo menos eso creía hasta ahora. Y digo hasta ahora porque vino el escritor Eduardo Gudiño Kieffer a largar su solución como la cosa más normal del mundo.
Transcribo a Eduardo literalmente, de su libro Será por eso que la quiero tanto:
"...En la planta baja la encargada la recibió con su cotidiana andanada de reproches y conminaciones pero esta vez no hizo caso y salió a la calle , echando a caminar hacia Rivadavia porque dicen que Rivadavia es la avenida más larga del mundo, dicen que Rivadavia sigue por cuadras y cuadras, por kilómetros y kilómetros, por horas y horas y así atraviesa la ciudad entera hasta salir al campo y por eso Rivadavia debe ser la única manera de escapar de esta trampa sin perderse..."


Claro, ahora que lo sé, a mi también me parece obvio.

1 comentario:

Checheno dijo...

Amigo Fe, justamente hoy pensaba algo similar acerca de los límites de la ciudad. Nunca dejo de sorprenderme -cuando vuelvo en micro a Buenos Aires- de como ésta ya va haciendo sentir su presencia desde muy lejos, al comienzo en cuentagotas, hasta llegar al bolonqui urbano que es Retiro.
Por otro lado, creo que no hace falta recurrir al recurso de meterle todo derecho por Avenida Rivadavia, con sólo ir a la Costanera (Norte o Sur, la que prefieras) y tirarte al río, ya estás afuera de la ciudad.
Salutes